En la teip galeri de Londres han reunido una — aparentemente — impresionante exposición de imaginería religiosa española, del siglo de oro y siguientes, creo entender.
A los ingleses les ha impresionado la belleza, la extraordinaria precisión técnica y la crudeza se las imágenes religiosas, desconocidas o casi, para ellos — bueno, ya se sabe que los anglosajones, fuera de mirarse su propio ombligo no es que sepan mucho de la cultura ajena, al menos no son yanquis —.
Alabando su arte, no obstante, dicen que pueden herir gravemente la sensibilidad del publico ingles que no esta acostumbrado a la crudeza de un Cristo yaciente, una cabeza cercenada del Bautista o una dolorosa del Sagrado Corazón.
Vamos, que la definen para adultos con graves reparos.
Bien, bueno.
El arte sacro no es santo de mi devoción, permítaseme el retruécano. En algunos casos me parece procaz y obsceno, como por ejemplo cierta dolorosa que se exhibe en la catedral de Lugo — o lo hacía —: Una virgen de negro ropón con la tradicional cara de éxtasis religioso, pero con no menos de treinta armas blancas de todo tipo clavadas en ella. Desde puñales, dagas y espadas, pasando por flechas, azagayas y lanzas… hasta un hacha.
No, no la tenia en la cabeza como el chiste, sino en mitad del pecho, si no recuerdo mal. Mi difunta me dijo que debía ser la santa patrona de las mujeres maltratadas, pero lo que sin duda producía era dentera.
Tampoco hay que hablar de los simp-áticos San Sebastianes, acribillados como acericos y con cara de… pasarlo muy bien. Por algo se les tienen como el santo gay por excelencia. Aunque a mi también me dan grima.
A lo que voy es que la imaginería religiosa es, en el mejor de los casos, estremecedora y explica mucho del talante de los religiosos de la piel de toro.
De una belleza maravillosa y única en la historia del arte internacional, pero grimosa.
Ahora bien, que en la la cuna de la disciplina inglesa y el mal trato infantil institucionalizado, los sanguinarios descerebrados juligan, la piratería con patente de corso de su graciosa majestad, como sus espias con licencia para matar irlandeses, y la galería de los horrores de madam tuso, sientan herida su sensibilidad por la crudeza de los Cristos de Salcillo. Pues por lo menos es una ironía… de humor ingles.
O mejor una estúpida tomadura de pelo.
Y lo digo mas que nada porque no a mucho, también se pudo ver en Londón una exposición compuesta por trozos de cadáveres plastificados. Otra que incluía un tiburón momificado en una vitrina, e incluso otra consistente en frascos de cristal con la mierda del artista clasificada cuidadosamente.
Todas ellas alabadas por la misma critica como arriesgadas muestras del ingenio artístico anglosajón — generalmente yanqui —.
Toma cojones.
Claro, la imaginería del diecisiete español es grimosa y gore. Pero despedazar un ser humano y plastificarlo es una muestra talento artístico… anglosajón.
Tienen razón, los españoles nos debemos limitar a montar tablados, asfaltar la costa para construir herméticas urbanizaciones para jubilados ingleses, y recoger las vomitonas de sus saludables jóvenes borrachos de fin de semana — no valla a ser que ensucien trafalgar escuer —.
Además de permitir a sus juligan que destrocen a placer, borrachos como ingleses, tras perder el partido de furbol de turno.
Sí señor, que para eso somos la finca de descanso y solaz para los Europeos, que ese es nuestro papel en la Europa de los mercaderes. Como los países del este son mano de obra especializada muy barata y vertederos industriales, a nosotros, como Grecia y Portugal, nos toca ser solaz de vecinos… ¿ricos?
O al menos, productores de mano de obra sanitaria a bajo precio.
Nada más, la cultura es innecesaria.
Pues nada oiga, si no les gusta nuestro patrimonio artístico, pues nada, que nos devuelvan la exposición y de paso los miles de retablos, cuadros, documentos y demás piezas históricas españolas insustituibles que en sus museos, como por ejemplo la britis museun, lucen en sus vitrinas y que son fruto de expolio continuo a lo largo de los últimos cinco siglos y que se quedaría vacíos si no fuera por todo el arte que han robado a los demás,.
Ya, seguro que contestan, o mejor dicho, no contestan, mirando al tendido, silbando y con el ai don estand.
Ya, ya se yo como son los civilizados hijos de la pérfida… Albión.
Jorge Díaz
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