Antonio Fraguas publicó un chiste en el que dos monigotes, cara a cara en sillones, hablaban.
El de la derecha — curiosamente — colocaba su pie encima del monigote de la izquierda mientras explicaba que “si yo le coloco el pie en la cabeza a usted eso es libertad, mientras que si usted me pone el pie en la cabeza a mi, eso es libertinaje, ¿entiende?”.
A lo que el monigote de la izquierda contestaba resignado “sintomático”, perdón, no, contestaba “”, ya que tenia la cara chafada por el zapato del derechista.
De esto hace mas de treinta y cinco años.
¿Han cambiado las cosas? ¿Hay libertad de opinión igual para todo ciudadano con independencia de origen, color, religión, clase o lo que sea?
Bueno, veamos.
Hay docenas, casi cientos de medios de difusión de todo tipo, pero, curiosamente, la gran mayoría son de centro derecha, derecha o puro y duro fascismo, como Iterecomomia, Telemadrid — pagada con dinero público —, El periodista digital, La cope, Libertad digital — ¿porqué los fascistas tienden a usar palabras como “libertad”, “popular”, etc. —, Popular tv — ¿ven? — o Veo Fachivisión.
La lista es tan larga que ocuparía toda la presente columna.
La actitud y forma de hablar de de estos medios deja como auténticos demócratas de extrema izquierda a publicaciones tradicionalmente conservadoras y hasta franquistas como La Razón o el veterano ABC.
En cuanto a El Mundo, baste decir que es un más que digno sucesor de panfletos como Fuerza Nueva, dejándolo bien claro en su televisión Veo Fachivisión.
Lógicamente, en este país no hay prensa o medios de comunicación de izquierda — la izquierda, por definición, no tiene capital para ello —, de eso ya se ocuparon los gobiernos fascistas de Ansar al repartir las licencia de emisión entre los grupos más afines.
Lo más que se puede esperar es un tenue progresismo en por ejemplo Prisa, siempre y cuando beneficie a sus intereses bastardos, como quedo demostrado cuando se legalizo la televisión de pago, que al verse perjudicados se alinearon con la mas negra reacción.
Mejor no hablar de los arribistas de la Sexta, que a costa de mostrar un supuesto sentido del humor, no dejan de aplicar métodos rancios de la más negra época de la dictadura — que cada día dudo más de que se acabara, por algo se llamo sucesión al cargo del Borbón — con el “pan y circo” de aquella época, y por supuesto, arrimando el ascua a la sardina de los que financian su aventura.
Por cierto, ¿alguien se ha molestado en identificarlos?, háganlo, háganlo, verán que sorpresas.
Con este más que triste panorama, no deja de ser chocante que elementos como Bruaggga el ce ce o o, Pedro jota calvorota, el inominable de la cope o más recientemente, el impresentable… ¿periodista…? Mmmm, no, más bien pájaro loco, por aspecto y actitud, llamado Herman Goering… digo… Tertsch, que con este nombre y su actitud no me extrañaría que fuera descendiente de los nazis cobijados por el enano sangriento después de la caída del Reich (?).
Bueno, como digo, no deja de ser chocante que estos individuos, que insultan a todo dios con total descaro e impunidad, recordemos como el inepto de intereconomia se dedico a llamar puta a Beatriz Montañez durante meses.
Que se precian de periodistas pero jamas dejan que la verdad de una noticia contrastada les impida publicar un titular injurioso contra sus enemigos, como quedo demostrado con el asunto de la becaria de Güayomin.
Sean tan sensibles y no duden un segundo en llevar a los tribunales (?) a cualquiera, al más mínimo atisbo de crítica humorística.
El pobre Mozón se ha convertido en la bestia negra de esta gentuza — eso porque yo soy un desconocido al que leen cuatro (4) monos, que si no… pero claro, yo soy un anarquista declarado — cuando en realidad, cualquier persona con dos dedos de frente se da cuenta que hace un más que tibio humor político.
Que teniendo en cuenta que en este país no hay humor y mucho menos humor político, pues eso, que es una gota de agua en el desierto.
Pero vamos a ver, ¿qué coño se esperaba el mamarracho este? Si yo voy y digo:
“No me importaría coger un fusil y matar a quince o veinte fascistas en un mitin de Inestrillas”.(*)
De entrada y si no fuera por la imposibilidad física y ética de que yo diga esto con una mínima intención de llevarlo a cabo o tan siquiera de ser una apología de la violencia en manos de terceros, constituiría un delito y por supuesto un estupidez.
Item más, como digo más arriba, odio, pero que odio con todas mis fuerzas la censura, así que tengo muy claro que si yo digo esto al amparo de la libertad de opinión, expresión y divulgación, tengo que tener muy claro que los demás también pueden ejercer ese derecho y en uso del mismo criticarme o incluso befarme.
Aunque claro, la evidente diferencia de medios debería ser un factor a tener muy en cuenta.
Pero no, para esta gentuza el único derecho a la libertad de expresión es el suyo propio y quien les critique se expone a ser llevado ante los tribunales — y menos mal que la mayoría de los tribunales van siendo más o menos democráticos, que si pudieran nos llevarían a todos ante los tribunales del TOP, con la consecuente condena al paredón, claro —.
Pero vamos a ver, señor Herman Goering… digo Tertsch, es que no se por que se me confunden los apellidos, si usted suelta una salvajada como la que yo reproduzco arriba, con el agravante de que usted lo dice con toda intención de convencer a terceros para que lleven a cabo tales matanzas.
¿Como puñetas espera que no se le critique?
Lo grave, señor mío, aunque supongo que usted prefiere el termino Führer, es que usted es incapaz de aceptar una crítica a sus estúpidas palabras. Item más, que haciendo gala la nula capacidad de tener el más mínimo sentido del humor de usted los fascistas, se monta un numerito y demanda a Güayomin por un mal chiste — que los vídeos no eran más que malas bromas porque pretender hacer humor con salvajadas como la suyas es inútil, usted no tiene ni puta gracia, oiga — y además, con ese endiosamiento típico de los de su calaña, hace parte y reparte la indemnización de una demanda que ni siquiera ha sido aceptada a tramite.
Claaaaaarooooooo… usted es un iluminado y por tanto su razón está respaldada por dios padre, ¿quien va a llevarle la contraria? ¿verdad señor Goering… digo, Tersch? — y dale con el apellido, oiga—.
Pues nada oiga, si a usted tanto le ofende que hagan gracias a costa de sus estupideces supongo que exista alguien como yo que le ponga, usando su mismo estilo, a caer del guindo, pues les ofenderá mucho mas , ¿verdad?
Vale, pues mire usted, como decía Antonio hace treinta y cinco años, permítame quitarme su bota de mi frente y hacer uso del libertinaje pisándole los canosos rizos.
Y por favor, ¡DEMANDEME!, eso me proporcionaría una publicidad muy agradable a mi bitácora y me gustaría que me leyeran cinco o seis monos.
Por lo demás, yo seguiré haciendo buen uso del derecho de toda persona a ignorar a aquellos cuyas opiniones les molesten.
Hable, hable todo lo que quiera que yo seguiré zapeando e ignorándole a usted y los de su calaña.
(*) Al contrario del terrorista convicto y confeso que nunca redento de Inestrillas, que si hace constante apología de la violencia contra terroristas — de izquierda, por supuesto —, vascos y el resto de la población por dudosos.
Yo solo tomaría las armas en defensa propia y aún en ese caso, dudo que me permitiera matar a alguien salvo por extrema necesidad o accidente, pero claro, es que yo tiendo a tener una gran consideración por la vida, independientemente de las ideas de cada uno, aunque esas ideas justifiquen el intentar exterminarme a mi por rojo.
Así que de apologías y demás tonterías ni de coña. ¿Entendido? Pues eso.
Jorge Díaz
