¿De que va esto?

¿Que de que va esto?. Pues... Decía don Alberto — Einstein, por supuesto— que; “Mi vida es una cosa sencilla que podría no interesar a nadie. Es un hecho probado que nací, y eso es todo lo que es necesario saber”.

Yo soy mucho menos interesante que él, y además tengo el muy grave defecto de no callarme ni debajo del agua.

Así tengo de enemigos y un puñado de amigos.

Por eso esta y otras páginas van a ir de mis obsesiones personales; la fotografía, los Macintosh, mi gata, la ciencia ficción en la literatura, la libertad de opinión y expresión…

Y cada una de ellas tendrá su sitio, bien organizadito y a veces con afán de lucro, ¡que soy pobre!¡que puñetas!

¿Le interesara a alguien? bueno, eso deberá decidirlo en cada caso el observador.

LosAtrabiliariospuntoORG? será el lugar donde opinare sobre lo divino y lo humano, y sobre todo tocare los adjuntos a tanta mente bien pensante que por el pellejo bovino campa a su aire.

Puedo irritarle o puedo agradarle, pero por favor, no me pida que me calle si no pienso como usted.

Advertido queda.


Aviso a netvegantes (?).


Odio, odio, odio a Piter Pan… digo… odio la censura.


Puedo cambiar de canal, pasar la pagina o apagar la radio, pero nunca le negaría la oportunidad de expresarse libremente ni al más repugnante impresentable… bueno, a Ansar le deseo una buena laringitis.


En esta página nunca censuro a nadie, jamas… en todo caso… puedo contestar y aténganse a las consecuencias el opinante, por algo esta es mi casa.


Si alguien escribe un comentario y no lo ve publicado solo puede obedecer a dos motivos:

Uno, fallo técnico, informático o de sistema.

Y dos, no se me ocurre ningún otro motivo posible por mi parte.


Así que se diera que no se publica un comentario, en este casos agradeceré que se me notifique por las cuentas de correo para subsanar el fallo.


Gracias… o no, oiga.

miércoles, 10 de junio de 2009

La condición humana es la mezquindad.

¡Que título tan poco popular! ¿verdad?


Me he pasado la vida pidiendo disculpas por pensar, opinar o decir cosas poco o nada populares, que no por ser verdad, dejan de ser cosas que nadie en su sano juicio quiere aceptar.

Cuando uno mira fijamente al abismo, el abismo acaba por mirarlo fijamente a él.

Y nadie quiere ver el abismo de su propio ser.

Aceptar la oscuridad del propio ser requiere una valentía, una sinceridad o quizás una estupidez que difícilmente aceptable por la mayoría de la humanidad.

Es más fácil, más cómodo, más acogedor creernos nobles, sinceros, buenos por naturaleza. Los malos son los demás siempre.


Pero no es así en absoluto. La condición humana es la mezquindad, el egoísmo, la crueldad, la ceguera y sobre todas las cosas la estupidez.


Recojamos un ejemplo impopular — más que nada porque en el momento adecuado podemos reconocernos a nuestro pesar en alguno de los ejemplos y eso molesta —.


Supongamos que a un ser humano, un tal señor ‘A’ le amputan una pierna. Supongamos que tras su recuperación se encuentra por la calle con un ser humano al que llamaremos señor ‘B’.


B ve a A y reacciona interactuando con A.


¿Como lo hace?


Caso primero; B le pregunta a A que le ha pasado y tras oír que le han cortado la pierna le interrumpe con un discurso del tipo: 

—¡Ay!, ¡No me hables de las piernas!, ¡yo tuve un callo que me hizo la vida imposible…!

—Pero oiga, es que me han cortado la pierna…

—Sí, sí, sí, ya. ¡Es horrible lo que me dolió el callo! y mira que tardaron en darme hora para el callista… ¡tarde dos días en poder dejar de sufrir! ¡Un horror!


Caso segundo; B le pregunta a A que le ha pasado, luego como le ha pasado, donde le ha pasado, porque, quién le ha tratado, si había alguna otra opción y un larguísimo etcetera de interrogatorio en vigésimo cuarto grado.


Caso tercero; B le pregunta a A que le ha pasado y tras condolerse brevemente sigue su camino indiferente.


Caso cuarto; B le pregunta a A que le ha pasado y acto seguido se vuelca en cuerpo y alma para ayudarle en todo lo que está a su alcance, abandonando sus asuntos con tal de ayudar a A.


Hay por supuesto variables que modifican los escenarios, y casos intermedios, contaminados de uno u otro matiz, pero el comportamiento humano no es matemático por mucho que Harí Seldon opine lo contrario.

Así que supongamos que son casos absolutos para simplificar el estudio y discursión del la cuestión.


El primer caso es el más típico. La mayoría de los humanos no escuchan, no observan, no sienten y por supuesto no empatizan con los demás.

Los problemas ajenos solo son el pie de texto para empezar su propio monólogo egocéntrico en el guión de sus vidas.

Son la novia en la boda, el enfermo en la consulta, el corredor en la carrera, el homenajeado en el cumpleaños y el muerto en el entierro.

Todo se centra en ellos y gira a su alrededor.


Todo el mundo ha caído en este comportamiento en algún momento de su vida. Todos somos egoístas y egocéntricos por poco que nos parezca. De echo siempre vemos la paja y nunca la viga.


El segundo caso puede parecer ínteres pero es protagonismo. El interrogatorio no va encaminado a interesarse por A, sino a acumular datos y experiencias a las que poder recurrir a la hora de charlar sobre cualquier tema de conversación.

Es ese tipo de personas que siempre conocen a alguien, conocen un caso que viene a cuento o una historia relacionada.


Si son ingeniosos acaban de cuentistas, si no, símplementes son pelmazos… y por supuesto egoísta.


El tercer caso es sin duda el que menos antipatía me produce porque al menos es un individuo sincero y coherente, no finge un ínteres que no tiene, no finge una empatía que no siente. Satisface su curiosidad — tampoco demasiado intensa, no nos engañemos — y sigue su camino sin inmutarse, centrándose en lo único que le importa en el mundo que es él mismo.


El último caso es una entelequia utópica, nadie se vuelca altruístamente en los demás.


La entrega de una madre no es más que un conjunto de reacciones bioquímicas y condicionamientos genéticos para asegurar la protección de las crías y por tanto la supervivencia de la especie.


Ni Teresa de Calcuta era tan santa.


Todo religioso tiene una ilusión intima, la de satisfacer los mandamientos de su dios y por tanto agradarle. Cuanto mejor se cumplen los mandamientos, más cerca se está de su dios y por tanto más cerca de la santidad. Ergo, cualquier santo peca de soberbia y egoísmo ya que quiere ser santo.

Teresa solo dedico su vida a lograr la santidad. Eso es egoísmo, no altruismo.


Dicen. Que dicen. Que alguien conoció a alguien… al que le contaron que hubo una persona que supo de la existencia de un ser humano que dedico su vida a ayudar a los demás de forma auténticamente sincera.


Bueno, yo creo que hay vida inteligente en el universo, pero eso no implica que también crea que son bobos los que piensan que han visto o oído marcianos en el área cinuentaiuno.


tanto una cosa como la otra en un mito urbano… no, es un mito a secas y punto.


Tampoco creo que que existan humanos sinceros, aunque si exista la posibilidad intelectual de elucubrar sobre su posible existencia.


Lo único autentico es que si te cortan una pierna, ya te puedes hacer una flauta con el hueso y aprender a tocar, será mucho más productivo que esperar que alguien te dedique su tiempo de forma sincera.


Sí necesitas amor sincero cómprate un perro.


La condición humana es demasiado mezquina para dar algo sin exigir nada a cambio.


La sensatez y el poco común sentido común aconseja no esperar nada de nadie y tener muy claro que toda relación es un puro intercambio, la cosa es saber hasta que punto estamos dispuestos a ceder a cambio de lo que podemos recibir.


Lo demás es creer en las hadas.


Nada más.


Jorge Díaz.

lunes, 8 de junio de 2009

El día más largo, pero no tanto.

El sábado pasado, mientras jugaba una partida al Tetris oía las noticias de no se que cadena.

Cosa que mi medico me tiene prohibido terminantemente porque de forma inevitable me pone de mala leche.

Pero con la calidad general de la programación un sábado a las diez de la noche es difícil poder evitarlo.

De todos modos, la suelo usar de ruido de fondo por eso de que me haga compañía — la gata la hace, pero es tan silenciosa… —.


Bueno, el casos es que entre otras tontería como el patético esfuerzo por animar a la gente a participar en las elecciones europeas, cosa que a casi todos no nos interesa un carajo — sobre la nefasta Europa de los mercaderes hablare otro día —. Hablaron sobre el aniversario del desembarco de Normandía, en el que “(…) un grupo de valiente liberaron toda Europa de la tiranía, poniendo fín a la Segunda Guerra Mundial (…)”


¿Toda?, ¡No!


Pese a que el primer tanque que llego al Arco del Triunfo en París estaba tripulado por republicanos españoles integrados en la fuerza de Normandía.


Pese a que varios miles de republicanos españoles lucharon en la resistencia francesa.


Pese a que varias decenas de miles de republicanos españoles murieron o fueron encarcelados hasta la liberación en los campos de concentración Nazi.


Pese a miles de españoles fueron devueltos a España por Vichí y fueron asesinados o encarcelados.


Pese a que Franco gano la guerra gracias a la ayuda Nazi, y al bloqueo de las democracias occidentales a la ayuda a la república.


Pese al manifiesto apoyo de Franco a Hitler, y la ayuda que presto al eje durante la guerra.


El famoso desembarco nunca llego a España.


Se abandono a su suerte a todo un país bajo al tiranía de un sicópata asesino que durante cuarenta años los baño en sangre.

La Guerra civil duro hasta bien entrado los años sesenta, produciéndose enfrentamientos en los Pirineos, País Vasco, Cornisa Cantábrica, León, etc…

La represión duro hasta casi la muerte del asesino, constando miles de vidas de una u otra forma hasta mediados de los setenta.

¿Recuerdan cuando fue el último asesinato político legal en las cárceles españolas?


Sabido es que al General le gustaba firmar penas de muerte durante la merienda, mientras tomaba café — Camaradas Arriba Falange Española, era la consigna de los golpistas en el treinta y seis — y contaba chascarrillos con su retranca gallega.


Los derechos y estructuras de este país se congelaron durante medio siglo hasta el punto de que aún ahora nos queda mucho, muchísimo camino para alcanzar el desarrollo social, cultural, educacional, moral, económico e industrial del resto de Europa.


No. No liberaron toda Europa de la tiranía. No les intereso, España no le servía para nada entonces. Y si bien no tenemos nada que agradecer a ese desembarco y a los aliados, tampoco tenemos porque guardarles rencor.

El rencor histórico el el germen de los peores genocidios y de las mayores tragedias.


Pero no debemos olvidar que esos aliados occidentales nos abandonaron a nuestra suerte cruelmente y solo se han acordado de España cuando les ha convenido a sus intereses, para formar parte de la obsoleta OTAN, para desmontar los sectores agrícolas y pesqueros competitivos en beneficio de, por ejemplo, el trust aceitero italiano o la flota pesquera francesa, o los excedentes lácteos con cuotas absurdas en un país que no cubre su propia demanda, pero eso sí, a los alemanes les sobra mantequilla.

Por mencionar un par de cuestiones en las que los españoles hemos perdido bastante más de lo recibido de los “fondos europeos”.


“El pueblo que olvida su historia esta condenado a repetirla”.


Por desgracia, el más que justificado desinterés por la pantomima bochornosa de los político y muchísimo más por la política europea, no se justifica por las buenas razones que tenemos para ser euroescepticos con la Europa de los mercaderes — empezó como Mercado Común y no ha evolucionado a la unión política y social, sino a Hipermercado Común —, sino por puro aburrimiento y desencanto con esta pandilla de impresentables.


Y el lunes, escribo esto el sábado a las once de la noche, se escandalizaran sorprendidos de la abstención — o dirán que ha sido un existo por no ser tan fuerte como se esperaba o como en Holanda —.


Paparruchas


Sí, sin duda debería evitar los informativos — cada día menos informativos y más publicitarios —, porque es que me pone una de mala leche que no le va nada bien a mi salud.


Jorge Díaz.