¿De que va esto?

¿Que de que va esto?. Pues... Decía don Alberto — Einstein, por supuesto— que; “Mi vida es una cosa sencilla que podría no interesar a nadie. Es un hecho probado que nací, y eso es todo lo que es necesario saber”.

Yo soy mucho menos interesante que él, y además tengo el muy grave defecto de no callarme ni debajo del agua.

Así tengo de enemigos y un puñado de amigos.

Por eso esta y otras páginas van a ir de mis obsesiones personales; la fotografía, los Macintosh, mi gata, la ciencia ficción en la literatura, la libertad de opinión y expresión…

Y cada una de ellas tendrá su sitio, bien organizadito y a veces con afán de lucro, ¡que soy pobre!¡que puñetas!

¿Le interesara a alguien? bueno, eso deberá decidirlo en cada caso el observador.

LosAtrabiliariospuntoORG? será el lugar donde opinare sobre lo divino y lo humano, y sobre todo tocare los adjuntos a tanta mente bien pensante que por el pellejo bovino campa a su aire.

Puedo irritarle o puedo agradarle, pero por favor, no me pida que me calle si no pienso como usted.

Advertido queda.


Aviso a netvegantes (?).


Odio, odio, odio a Piter Pan… digo… odio la censura.


Puedo cambiar de canal, pasar la pagina o apagar la radio, pero nunca le negaría la oportunidad de expresarse libremente ni al más repugnante impresentable… bueno, a Ansar le deseo una buena laringitis.


En esta página nunca censuro a nadie, jamas… en todo caso… puedo contestar y aténganse a las consecuencias el opinante, por algo esta es mi casa.


Si alguien escribe un comentario y no lo ve publicado solo puede obedecer a dos motivos:

Uno, fallo técnico, informático o de sistema.

Y dos, no se me ocurre ningún otro motivo posible por mi parte.


Así que se diera que no se publica un comentario, en este casos agradeceré que se me notifique por las cuentas de correo para subsanar el fallo.


Gracias… o no, oiga.

lunes, 11 de mayo de 2009

El timo audiovisual.


Hace mucho tiempo en una galaxia muy lejana… No, no va de jedis, más bien de jodíos.


Bueno, hubo un país bajo una dictadura, en la que sus gobernantes descubrieron que la televisión era un medio de control de las masas. Así, cierto primero de mayo, previsiblemente revuelto y reivindicativo, la televisión preparo un enorme reportaje con los mejores goles del balompié europeo... o algo así.

Y sí, hubo mucha gente que se quedo en casa, pero el primero de mayo fue revuelto a pesar del balón.


Años después, las oligarquías decretaron que la el país debía democratizarse (?) y modernizarse.

Bueno, más bien había que lavar la cara al régimen de cara los negocios internacionales.


La televisión fue parte del negocio.


Se crearon canales locales, denominados autónomos, que pronto se revelaron como valiosas herramientas de publicidad para sus respectivos gobernantes, oligarcas locales.


Se asignaron tres licencias de televisión a grupos privados.


Lógicamente, el negocios — que es lo primero — era muy precario, la inversión necesaria era enorme y claro, los primeros tiempos se plagaron de programación chabacana, series cutres y espacios basura, pero la novedad hizo que la cosa prosperara.


Pronto, se descubrió como rellenar las horas de programación a base de repetir los mismos programas una y otra y otra ves.


No es un misterio que esta forma de llenar tiempo beneficio a la tercera cadena, que decidió emitir sus programas de forma codificada para ser vista previo pago.


Y… Bueno… Aquella cadena ofrecía películas recientes, cada noche y hasta pornografía las madrugadas del viernes — en un país en el cual un dos caballos balanceándose para anunciar condones fue un escándalo mayúsculo... para algunos —.

Dada la calidad general de la programación mucha gente acepto pagar por algo que era evidentemente mejor.


Con el tiempo, la programación privada siguió siendo puritita basura, la publica pura propaganda institucional y la codificada…


Bueno, de haber un solo canal se paso a varias docena a través de señal vía satélite. 

La época dorada se vivió cuando había dos cadenas de pago, las cuales competían para ofrecer estrenos, actos deportivos y series nuevas en sus múltiples canales, salía a cuenta pagar por ello, incluso pagar las dos cadenas.


Pero claro , la segunda cadena digital llego en inferioridad de condiciones ya que la otra llevaba tiempo implantada y claro, no hubo un reparto justo del mercado.


Una cadena engullo a la otra y fue el caos.


La situación de monopolio de hecho se notó en la programación que se hizo repetitiva, tanto que las series, las películas, los reportajes, se repetían hasta la saciedad de un canal a otro y los programas nuevos se limitaban a un solo canal y una sola vez a la semana.

Encima, los auténticos estrenos que antes eran gratuitos y diarios pasaron a pagarse a parte en canales de taquilla.


Pero la gente siguió pagando, quizás por pereza, quizás por costumbre, quien sabe.


En esto, las empresas inversoras exigieron mayor reparto del pastel, sin pararse a pensar que no hay mas pastel que repartir y se presento como la gran panacea la televisión digital terrestre, acompañada de una campaña de trágala, en la cual se amenazaba con eliminar la televisión tradicional.

La TDT tendría mayor oferta, mas calidad, opciones multimedia… ¡caca!, ¡todo caca!


En la realidad, las empresas audiovisuales no tienen capacidad para generar contenidos para rellenar varios canales y ganar dinero — que es de lo que se trata —. Ademas no hay suficiente mercado publicitario para alimentar sus ansias mercantiles por más que pidan que las televisiones públicas renuncien a la publicidad.

Cosa que han conseguido, pero con buen sentido, se les ha dicho que tendrán que pagar un canon para financiar la televisión pública.

Ahora protestarán por tener más publicidad pero pagar el canon, como si lo viera.


El resultado es que la mayoría de los “nuevos” canales digitales o son puro artificio propagandístico de intereses político, económicos y lógicamente de extrema derecha, o  tele estafa continua a través de falsos concursos telefónicos a tanto el sms, creados originariamente en las televisiones locales y objeto de múltiples denuncias por pura estafa.

O bien tele tienda cutre.

O una sucesión de repeticiones de repeticiones ya repetidas hasta borrar la cinta. Hay canales que ponen los mismos programas día tras día, a todas horas, sin ningún pudor, para luego quejarse de que no son rentables por su baja audiencia.


El menos común de los sentidos aconsejaría un serio replanteamiento de la cuestión, pero no, la solución mágica de las mentes creativas es como siempre una huida hacia delante, hacia el precipicio del Leming.


Así, ese canal que se gasto lo que no tenia en pagar desorbitadas licencias para emitir eventos deportivos de supuesto gran interés general y que se ufanaba de ofrecerlos gratuitamente, ahora anuncia a bombo y platillo que va a crear un canal exclusivo para esos eventos… por un módico precio, claro.


¿TDT de pago?, ¡que buena idea!


El previsible resultado será que como hay muy poquito mercado que repartir, los canales de pago y además ya esta copado — que la respuesta habitual es ¿para que pagar otro canal más?, la audiencia dispuesta a gastar dinero en televisión es finita —. Reducirán proporcionalmente su audiencia al repartírsela con lo que su rentabilidad se reducirá y con ella la calidad y oferta, ya escasísima de su producto.


Primero se reducirá aun más, no me pregunten como, la oferta gratuita, y por fin la de pago, convirtiéndolo en un trágala de si quieres televisión ¡paga!

Pero con la competencia de la televisión — los mismos canales y mismos programas — como valor añadido a las adsl, y con el mercado de pago agotado, pues mal va estar la cosa, sin contar con al crisis, claro.


El segundo canal satélite no pudo sobrevivir con bonanza económica y mucha menso  ofertas, no había mercado suficiente para dos cadenas.

 Y el que queda se ve obligado a hacer oferta tras oferta porque ha tocado techo y fondo simultáneamente.

Encima llegan la TDT de pago.

¿Ustedes creen que hay tanta tarta?, yo creo que no, amos, yo lo tengo claro, si no pago por el satélite, no pagare por la tdt basura.


Prefiero gastar ese dinero, si lo tengo, en películas y programas propios que si quiero ver veinte veces, los veré cuando yo quiera y me apetezca y no cuando me lo quieran vender.


Dicen que las nuevas generaciones cada vez ven menos televisión, y lo achacan a la red y los ordenadores.


Lógico.


Siempre es mejor echar las culpas a los demás en vez de reconocer la estupidez de los propios actos.

Así que la calidad televisiva descenderá, las cadenas serán más y más ruinosas y alguna mente privilegiada propondrá cobrar un canon por poseer televisiones, aunque no las veamos… a favor de las cadenas privadas y administrado por una telesgae, claro esta.


La telesgae luchando por el derecho a cobrarnos por que no vemos la mierda que emiten.

O cobrarnos por la mierda que veamos.


Ya.


Bueno, yo no tengo problema en tirar mi televisión por la ventana y dejar en paro a toda todita la gente que ahora nos toman por gilipollas desde los canales. ¿y ustedes?


Por cierto, a un pueblo aburrido y sin teta de cristal puede darle por pensar.


¿Exagero?, bueno, yo ya lo decía hace años; “no va a haber apagón”, y ahora aplazan indefinidamente ese apagón en ciertas zonas donde no hay cobertura ni ningún interés en instalarla.

E ítem más, hay zonas, como la de Compostela en la que apenas el cincuenta por ciento de la población se ha adaptado a la tdt, y que no solo manifiestan que no tienen intención en adaptarse sino que si se le pregunta a la gente lo que van a hacer si hay que pagar por ver la tdt, afirman que dejarán de verla.


¿Será verdad y la gente pasara de la teta de cristal?, no creo que se atrevan a hacer la prueba y de hecho ya lo han aplazado en ciertos lugares. Puede que al final lo aplacen en todos y el tdt sea como otras grandes revoluciones como el CDI — ¿alguien se acuerda? —, que a fin de cuentas se quedo en agua de borrajas como tantas otras cosas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario