¿Agorero? ¿Exagerado?
Ya.
Veamos.
Dicen, como premisa, que en veinte años casi un tercio de la población estará jubilada y que el ratio entre jubilados y trabajadores será insuficiente para mantener las pensiones actuales.
Mal vamos si la única forma de sobrevivir es el crecimiento de la población sin freno y hasta el infinito, ¿han oído hablar de la superpoblación y la escasez de recursos?
Dicen, algunos hijos de puta, que un país moderno no puede sostener un sistema de protección social como las pensiones ya que la enorme carga que supone para los empresarios les retrae del crecimiento y de la creación de riqueza (su).
Mal vamos si toda la economía se centra en el crecimiento infinito y la acumulación de riqueza en unas pocas manos.
Dicen otros hijos de puta — porque también lo son como veremos — que no están dispuestos a eliminar el sistema de pensiones y que como mucho lo van a racionalizar.
No, si al final tendrá razón el legionario cojo, manco y tuerto y acabaremos gritando muera la razón — ya se, era la inteligencia —.
Para ello aumentan por enésima vez el tiempo mínimo de cotización para poder solicitar una pensión mínima, de una pensión, no ya máxima, sino simplemente digna o suficiente para sobrevivir ni hablamos, claro.
Que alguien tenga una gran minusvalía y le digan que tiene que vivir con trescientos euros es para cargar al silla de ruedas de explosivos e inmolarse en el ministerio de turno.
Y retrasar paulatinamente la edad mínima de jubilación.
Ya, todo muy sensato si no se entra en la realidad. y se ponen peros.
De entrada voy a dejar por imposible el esfuerzo de recordar a todos los trabajadores que SUS cotizaciones no son para pagar las pensiones de nadie, que son un dinero ADELANTADO AL ESTADO al objeto de que sea bien administrado y que cuando el trabajador se jubile, el estado devuelva ese capital adelantado en forma de pensión y prestaciones.
Sí cualquiera de nosotros vamos a un puñetero banco a entramparnos con un supuesto plan de pensiones, no nos van a decir que con nuestras aportaciones pagamos las pensiones de los que suscribieron planes antes. NO, nos dirán que al cabo de un número indeterminado de años, el capital aportado y sus réditos se nos devolverá en forma de cuotas periódicas — generalmente irrisorias, si se tiene en cuenta la inflación en los años del plazo — o como una aportación dineraria única.
Si cuando fuéramos a cobrar a ese banco, se encogieran de hombros y nos dijeran que no hay dinero porque han pagado muchos planes, simplemente sería una estafa y serían llevados a los tribunales — el resultado sería el mismo que con todas las grandes estafas, lo habríamos perdido todo y los culpables tan panchos —.
Las cotizaciones son exactamente lo mismo, cualquier trabajador sabe que sus aportaciones son dos, una para la caja de la Seguridad Social, mediten sobre el nombre, por favor, y otra a la caja de las pensiones.
Si tras años de cotización se nos dice que no hay dinero en esa caja es simplemente una estafa y punto.
Pero claro, en un estado feudal no se puede exigir responsabilidades al amo del castillo, ¿no es verdad?
Pero vamos al asunto, porque es inútil intentar hacer comprender a los trabajadores que se les esta meando por mucho que les digan que llueve, seguirán pidiendo trabajo aunque sea con desechos nucleares que les impedirán cobrar la pensión… a ellos y sus hijos, claro.
Que te pidan quince años de cotización continuada, veinte o cuarenta solo es una forma de tener una puta excusa para negarte una pensión y robarte tus cotizaciones OBLIGATORIAS.
En la práctica, en este puto país no hay un sistema de control de la gestión de los empresarios y patronos. Sí, hay inspecciones y Hacienda vigila… ya… ¡Y una mierda!
Todo trabajador sabe que en toda su vida laboral jamas vera un inspector de trabajo y que las inspecciones solo recaen en los pequeños autónomos o los comercios minoristas, que son fáciles de cazar.
La mediana y gran empresa se va de rositas siempre.
Así, cualquier trabajador sabe que puede haber empezado a trabajar… o a ganarse la vida, con quince años, pero que al llegar a los cuarenta y cinco y salvo que sea funcionario, lo más probable es que si pide ese inútil papel que es la vida laboral, se sorprenderá al ver que solo ha cotizado ocho o diez años, que es lo que a la administración le consta a la hora de DENEGAR una pensión.
Que es de lo que se trata.
Todos sabemos, a poco que nos hallamos tenido que buscar la vida, que en este país, en la mayoría de los casos, trabajamos en negro y en precario, que son muy pocos los casos en que se nos “asegure” en condiciones y no siempre, aunque hallamos firmado, se ha cotizado o en todo caso, solo han cotizado una parte de lo indicado.
Lo malo es que hemos sido tan gilipollas como para ser cómplices de esto a cambio de un plato de lentejas.
Muchos patrones se compran coches de lujo con las cotizaciones de sus trabajadores.
Señores esto es vida real y no la que enseñan los “callejeros”.
Otra cosa.
Trabajar hasta los sesenta y siete años, o los setenta, o los ochenta…
Ya, ¿como cojones vamos a trabajar hasta esa edad si a una gran parte de los trabajadores se nos prejubila o simplemente se nos despide y nunca más trabajamos — legalmente, claro — en cuanto superamos los cuarenta y cinco o cincuenta años.
Existen programas tan rimbombantes como inútiles en los que se promueve el empleo de los trabajadores de más de cuarenta años, hablando de su fiabilidad y experiencia.
Pero cualquier trabajador sabe que tienen cinco posibilidades de seis de que a partir de esa edad solo encuentre trabajos en la economía sumergida. Que no cotiza.
Entonces… ¿como coño se come esto?
¿Eh? ¿Qué? ya, ya se, no cotizamos porque no queremos, nos debemos dar de alta como autónomos y cotizar privadamente. Ya. Así le reducimos gastos al patrón y se puede comprar un coche más grande.
Cada día es más difícil que un joven encuentre un trabajo digno y en su mayoría no consigue un contrato de verdad hasta los treinta y cinco o más, y por otro lado, la mayoría de los mayores de cincuenta y cinco son jubilados o relegados a la economía sumergida.
No dejo de entender a los famosos Ninis, para esto casi que no merece la pena.
¿Como coño se va a cotizar veinte años en un plazo de veinticinco años? sobre todo si descontamos la flexibilidad laboral, el mercado de contratación y las regulaciones de empleo.
Lo normal para una gran parte de los trabajadores, y no precisamente los menos afortunados es que a los sesenta años, aunque en la práctica hallan trabajado desde los veinte de forma ininterrumpida — más que nada porque si no fuera así se hubieran muerto de hambre —, solo hallan reunido diez o quince años de cotización.
La cantidad de trampas y chantajes que se hacen para que en los siguiente cinco años puedan reunir “cotizaciones” para tener una pensión mínimamente digna son de novela de Dikens.
Si se aumentan los años de cotización y se retrasa la edad de jubilación lo único que se consigue es NO PAGAR PENSIONES.
Simplemente eliminar las pensiones de echo, pero eso sí, presumiendo de que no es así y negando la mayor.
Y digo yo, porque no somos sinceros nos limitamos a asesinar a todo aquel trabajador que no halla cotizado cuarenta años al llegar a la edad de sesenta.
Es más humano que convertirlos en cargas para sus hijos — los afortunados que tengan hijos con la suerte de poder mantenerse a si mismos y a sus padres — o simplemente convertirlos en indigentes.
Yo lo veo muy claro.
Hay dos soluciones muy sencillas.
Una: Tabula rasa en las pensiones. Todo trabajador de cualquier clase va a recibir al misma pensión en función de la regla “tanto dinero hay en la caja y se reparte entre tantos pensionistas”.
Con este sistema se lograría que todos los empleadores estuvieran locos por aumentar sus cotizaciones y por tener el mayor numero de aportaciones posibles y por otro lado, la misma ceoe con el estafador Ferranz al frente lucharía por que la pensión mínima fuera de diez mil euros al mes.
Y dos: Los cargos políticos no tienen pensión. A mi no me indigna que un presidente de gobierno gane cien mil euros al mes, pese a estar a casa y mantel y con visa diamante de gastos, no.
Vamos a suponer que se lo gana.
Lo indignánte es que se jubile y siga cobrando lo mismo o más.
Y que cualquier ministro cobre igual en activo que jubilado, y cualquier diputado o cargo electo.
Por no hablar de esa lacra que son los borbones.
Si se les aplicara a todos estos parasitos — estos si que son parasitos y no un pobre peón parado como pretenden en fachavisión o interfachaconomía — esta norma, primero se liberaría una cantidad de fondos astronómica suficiente para doblar las pensiones de todos y cada uno de los pensionistas de este país.
Hagan cuentas y verán.
Pero esta gentuza que dice estar a nuestro servicio son unos privilegiados que pueden fijarse su sueldo y su sistema de pensiones cuando y como quieren.
Los trabajadores no podemos ni tan siquiera pedir que se nos pague por trabajar, pero claro, eso es una lotería, ¿verdad señor ferranz?
Por cierto, quizás el señor ferranz sea un empresario modelo y yo un terrorista pero mire, yo puedo salir a la calle sin que me esperen cientos de personas con la intención de lincharme, ni necesito un regimiento de la policía o veinte guardaespaldas para ir a tirar la basura.
Cuando conduzca su Ferrari, señor Ferranz, tenga cuidado en no cruzarse con uno de sus damnificados, porque quizás este lo suficientemente desesperado como para embestirle con su utilitario.
Bueno, a lo que voy, e n la práctica el asunto es muy sencillo.
No hace falta aumentar la edad de jubilación ni pedir más años de cotización, solo hay que exigir que todo los que hemos trabajado conste y exigirles a los contratadores que coticen por todos sus trabajadores y por todo el trabajo.
Solo hay que perseguir el fraude, pero no el de una factura sin IVA del colmado de la esquina, sino el del banco o la gran empresa.
No hay que exigir que los trabajadores trabajen más, sino simplemente que todos sus años de trabajo consten y coticen.
Así de fácil.
Pero claro, esto molestaría al amo ¿verdad?
Y todos sabemos a quien rinden cuentas los representantes del pueblo.
Por desgracia, ya no creo en revoluciones, pero la miseria es muy mala.
La pregunta que han de contestar los hijos de puta, con Ferranz al frente , es si quieren que en el futuro, las calles se llenen de gente tan desesperada y miserable como en Haiti, porque no hay tapia y urbanización privada que evite el asalto de una marea humana desesperada de ese tipo.
Pero claro, los hijos de puta contestarán lo mismo que contestan frente a cuestiones como el cambio climático: “A mi que me importa si cuando eso pase ya me habré muerto, el que venga detrás que arreé”.
Y nos lo merecemos por permitírselo y estar tan tranquilitos viendo gran hermano o los cotilleos de turno.
Somos gilipollas y nos merecemos lo que nos pase.
Jorge Díaz