En los últimos años ha proliferado las series televisivas sobre entornos sanitarios.
Vale, bien, son fantasías de guionista que en la mayoría de los casos están mal informados y peor documentados, pero dejando a un lado otras consideraciones como que en la mayoría son simples culebrones del estilo relaciones más o menos escabrosas entre los personaje y claro, da igual que sean médicos, abogados, policías, ornitólogos o habilitados de clases pasivas.
La cosa es que son el peor estímulo para una sociedad profundamente hipocondriaca con esta, la cosa es que le cuentan a la gente todo tipo enfermedades más o menos raras — el constipado común es eso, demasiado común como para hacer un guión a partir de él —, con todo detalle de la sintomatología, tratamientos, pruebas y demás zarandajas que, en la sanidad española no veremos jamas.
Cualquiera que se halla visto en la necesidad de ir a la sanidad pública por algo más o menos complejo se dará cuenta que estas series son mucho más fantásticas que el jarry poter y la guarra de las galaxias juntas.
Pero no quería hablar de como funciona — o no — la sanidad, sino de como se presentan algunas enfermedades, a mi modo de ver, de forma más que insensatas.
Por ejemplo, el tumor cerebral.
Si uno es lo suficientemente ingenuo e influenciables como para darles un mínimo de credibilidad a estas series de superheroes médicos, puede llegar a conclusiones curiosas.
Un enfermo de tumor cerebral puede de repente, golpe y porrazo, convertirse en un genio que multiplica por un factor equis su inteligencia, aunque el noventa por ciento de tu vida halla sido un menso
Un tumor cerebral puede hacerte sentir feliz y buena gente, aunque el noventa por ciento de tu vida hallas sido un amargado cabrón.
Un tumor cerebral puede hacerte ver a un ser querido desaparecido, Verle, oírle, sentirle… el final absoluto de la soledad y el horrible sentimiento de perdida.
Un tumor cerebral puede hacerte tener experiencias místicas profundas y maravillosas aunque toda tu vida halla quemado iglesias.
En fín, que es un chollo según las series.
¿Quien no quiere tener un tumor cerebral si sus consecuencias son estas?
Pero lo que pasa es que la realidad no es esa.
En general, un tumor te hace perder capacidades, te hace convertirte en un invalido o un tarado, te roba facultades y te vuelve una sombra de ti mismo poco a poco.
Es así en la mayoría de los casos, pero claro, eso no da para un bonito guión.
No tiene mordiente ni tensión narrativa.
Lo lamentable es que la gente cree, cada vez más, que la realidad es como la ven en la teta de cristal y cuando van al medico les piden que sean un Gregorio Casas o un cluni, y hasta suspiran por un buen tumor cerebral.
Suponer que la gente, la mayoría de la gente, sabe diferenciar la fantasía de la realidad sería tan inteligente como creer que el tiburón blanco es un “devorador de hombres” porque estuvo de moda las películas de bichos feroces, como ahora lo están de bichos raros de extraños poderes o situaciones sospechosas — luego estarán de moda las series de coleccionistas o de cocineros, ya veremos —.
La realidad es que el tiburón blanco ha matado al mismo numero de hombre en la historia que la masturbación.
Como todo, es cuestión de medida, claro.
Y no se. No se si lo lamentable es la negligencia de los guionistas y productores o la estulticia de la más media.
No se si es más triste que un paisano abofetee al neurólogo porque no hace lo mismo que el médico de la tele hace con su enfermedad o que los bien pensantes se escandalicen por el aumento de agresiones a los médicos.
Y que conste que hay que hay médicos cuya absoluta incapacidad para émpatizar con sus pacientes y su indiferencia es merecedora de una bofetada y algo más.
Pero el problema que que se indignan por algo que ellos mismos han creado.
Una sociedad artificial y virtual en la que la gente vive o querría vivir tal como cree que es la realidad, a través de la publicidad de un mundo artificial, y cuando piden que su vida sea así, pues les recriminan no saber diferenciar entre fantasía y realidad.
¿De que se sorprenden?, la realidad es una mierda para la gran mayoría de la humanidad, por eso, cruzan el mar en barquillas, porque creen que el mundo es como se lo han vendido y descubren que no, que no es así en absoluto, pero cuando ya es muy tarde y han vendido sus vidas a cambio de una fantasía.
Por eso, hay gente que desean tener un tumor cerebral.
Jorge Díaz.
Buenas noches, a lo mejor compartamos ciertos guiones de acuerdo a como es la realidad en la que hoy nos sumergimos, sugiero de tu parte eliminar la testaferridad inocua al hablar y decidir por los demas, al rechazar y advertir a los usuarios hacerca de tus pensamientos; ademas de ser de baja calida, demuestran de ti el ser indiscreto que muy bien lo has dejado ver, que se hunde en ciertos aspectos morfofuncionales del cuerpo humano como sino existiera alguna otra cosa. OJO, no todo es malo, solo quiero escribirte para hacerte entender, que asi como tu piensas, todos pensamos, lo que escribiste en la red carece de credibilidad o fiabilidad e invitarte a que seas mas autocritico que "critico profesional", aunque compartimos el mismo apellido, renunciamos a algunas cosas y evadimos a muchas cosas, muy bien puedo escribir que YO SI TENGO UN TUMOR CEREBRAL, y no por eso voy a rezar mas, ni dar mas limosna por algunas costillas de cerdo ni sere mas buena gente. Es interesante ver como se dejan caer ante la "influencia" como llamas de los medios de comunicacion con esas series, soy estudiante de medicina y la fama que hemos agarrado, no indica que todos somos asi, ni tampoco indica que USTED es el unico paciente que debemos atender. Ahora creo que logre expresar con claridad lo que queria, debo despedirme y desearle que no padezca de un TUMOR CEREBRAL (K).
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