¿De que va esto?

¿Que de que va esto?. Pues... Decía don Alberto — Einstein, por supuesto— que; “Mi vida es una cosa sencilla que podría no interesar a nadie. Es un hecho probado que nací, y eso es todo lo que es necesario saber”.

Yo soy mucho menos interesante que él, y además tengo el muy grave defecto de no callarme ni debajo del agua.

Así tengo de enemigos y un puñado de amigos.

Por eso esta y otras páginas van a ir de mis obsesiones personales; la fotografía, los Macintosh, mi gata, la ciencia ficción en la literatura, la libertad de opinión y expresión…

Y cada una de ellas tendrá su sitio, bien organizadito y a veces con afán de lucro, ¡que soy pobre!¡que puñetas!

¿Le interesara a alguien? bueno, eso deberá decidirlo en cada caso el observador.

LosAtrabiliariospuntoORG? será el lugar donde opinare sobre lo divino y lo humano, y sobre todo tocare los adjuntos a tanta mente bien pensante que por el pellejo bovino campa a su aire.

Puedo irritarle o puedo agradarle, pero por favor, no me pida que me calle si no pienso como usted.

Advertido queda.


Aviso a netvegantes (?).


Odio, odio, odio a Piter Pan… digo… odio la censura.


Puedo cambiar de canal, pasar la pagina o apagar la radio, pero nunca le negaría la oportunidad de expresarse libremente ni al más repugnante impresentable… bueno, a Ansar le deseo una buena laringitis.


En esta página nunca censuro a nadie, jamas… en todo caso… puedo contestar y aténganse a las consecuencias el opinante, por algo esta es mi casa.


Si alguien escribe un comentario y no lo ve publicado solo puede obedecer a dos motivos:

Uno, fallo técnico, informático o de sistema.

Y dos, no se me ocurre ningún otro motivo posible por mi parte.


Así que se diera que no se publica un comentario, en este casos agradeceré que se me notifique por las cuentas de correo para subsanar el fallo.


Gracias… o no, oiga.

viernes, 3 de abril de 2009

No nos vamos a hacer daño, ¿verdad?.




Había un chiste...


En la consulta del dentista.

—Buenas tardes señor Rodríguez, siéntese en el sillón y veamos sus caries…

El señor Rodríguez se sienta en el sillón y agarra los bajos del dentista con la mano.

—¡¡¡Oiga, que hace!!!

—Nada doctor, simplemente… no nos vamos a hacer daño ninguno de los dos, ¿verdad doctor?


Hace un tiempo, hubo un ¿escándalo? en cierto partido; unos militantes habían espiado a otros, supuestamente, claro esta.


¿Con que intención? ¡ah, no sabemos!


Luego sacaremos conclusiones.


El caso es que cierto gerifalte, a cargo de las cuentas del susodicho partido, impuso paz entre unos y otros, dejando claro que todo eran infundios sin base para minar el prestigio del partido ante la sociedad.

La trama fue investigada en el parlamento regional y no se volvió a hablar del asunto — ellos no hablaron —.


Ahora, un juez bastante dado a las investigaciones espectáculo, investiga una turbia trama de corrupción política y de financiación en ese mismo partido, y resulta ha encontrado que ese mismo gerifalte de cuentas parece implicado en tales asuntos turbios.


Dejemos a un lado que el gerifalte imbuido de justa y santa indignación esté amenazando con querellarse contra el susodicho juez.


—"Yo no he robado el coche, señor juez".

—"Pues yo le condeno".

—"¡A que le pongo una querella!"


El caso es que las reacciones de los cargos de ese partido han sido de silencio, de indiferencia o en todo caso de apoyo institucional hacia la persona imputada mientras no se demuestre su culpabilidad, de la cual dicen que es un espejo de honradez en el que se mira todo el partido… joer con el referente, ontejode.


El caso es que el mismo que enterró una trama de espionaje es ahora defendido por su partido, en el mismo partido que era espiado. Y mira que es raro que en un lugar lleno de facciones enfrentadas y a hostias por controlar Cajamadrid nadie diga ni pío.


¿Por que será?


¿Quizás por eso de hacer causa común contra los zafios intentos de la oposición para desprestigiarlos?, quizás sí. Pero puestos a ser mal pensados yo diría que espiar a los correligionarios es un buen sistema para tener buenos argumentos a la hora de sentarse a una mesa a negociar asuntos políticos, quizás.

Y una forma muy segura de que nadie se valla de la lengua, ya que si tiramos de la manta el ventilador esparcirá mierda para todos, por decirlo  gráficamente.


Pero eso solo sería así en el supuesto de que los espiados tuvieran algo que ocultar, ¿no?


Y de ahí viene el paralelismo entre el chiste del dentista y las prácticas políticas.


Aunque… yo que él, hubiera espiado al juez, hubiera sido más seguro, ¿no os parece?

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