No se porque será, pero últimamente, la derechona española se ha poblado de declaraciones, afirmaciones y dichos que parecen escritos por su peor enemigo.
Ayer, al salir de los juzgados, un jerifalte del PP de Madrid, imputado en una de las múltiples tramas de corrupción que en estos días les han salido a la luz, va y dice; “(…) Yo nunca he cobrado un euro aparte del sueldo (…)”.
Pos fale, oiga, ¿y como cobraba?, ¿en especias o a través de un testaferro o un familiar?
Porque es la idea que le viene a la cabeza a cualquiera no intoxicado por abecedrina, mundolina, populoteuvetironina o copelandrona, es una pregunta como esta.
Y más aún cuando te enteras que se ha negado a prestar declaración ante el juez, que, por cierto, usted o yo somos citados ante el juez y nos negamos a declarar y por muy derecho constitucional que sea, salimos del juzgado acompañados por dos guardias camino de chirona.
Pero ni usted ni yo somos señores importante invitados a la boda de la ansarina, ni aforados, claro esta.
Bueno, a lo que voy.
El otro día va Rajao y dice que; “(…) No vamos a permitir que nadie hable de lo que pasa en el PP (…)”, que para hablar mal los unos de los otros ya estamos nosotros, perece que fuera decir a continuación.
Aguirre o la cólera del opus, espetando que las protestas de los trabajadores de la sanidad madrileña no eran válidas porque “(…) eran liberados sindicales de izquierdas (…)”, no, si le parece a usted, solo los liberados de derechas — que no sindicales — tiene derecho a encabezar protestas… y… bueno, la gente de bien no hace protestas, solo viacrucis.
Y así cada vez que abren la boca.
No se, o es que su estilo ansariano, prepotente y pagado de si mismo, les puede o es que el subconsciente les traiciona y dicen en público lo que de verdad piensan en privado.
Pero bueno, no importa mucho ya que sus múltiples medios de comunicación, con la gran ecuanimidad que desplegaron los gobiernos de ánsar al repartir licencia, les garantiza que siempre se aclararan adecuadamente sus declaraciones poco afortunadas, y como semos tontos, pues no nos daremos cuenta.
Bueno, yo como soy rojo aunque sí tonto y además me fijo mucho como los búhos pues nada, a darme cuenta, oiga usted.
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